The Andean Gothic Route
 
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Peru
Caral fue construida en el Valle de Supe a 23 Km. del mar, en un paisaje especial, donde contrastan las construcciones y los cerros que las rodean. Las edificaciones ocupan 66 hectáreas, en las que se distinguen dos zonas, una central y otra periférica. La primera muestra estructuras arquitectónicas monumentales, cuatro clases de conjuntos residenciales
diferentes,               unidades residenciales de elite, dos plazas circulares en  desnivel              inferior, así como lugares de congregación pública  masiva. Mientras              que la zona de la periferia tiene  numerosas unidades domésticas              distribuidas a manera de  archipiélago con islas de viviendas.                                                                 
Cuando               uno recorre las instalaciones de esta ciudadela, no puede  dejar de              sorprenderse por su espectacularidad de  arquitectura y que hace más              de 5 mil años existió una  civilización que dominó este extenso              territorio. Sus  edificaciones están compuestas por el Sector              Residencial,  la Pirámide Mayor,                          
el               Templo de la Banqueta entre otros. Se encontró entre otros  objetos,              bolsas de fibra, cestas, textiles de algodón,  semillas y un conjunto              de 32 flautas de huesos de Cóndor y  pelicano que ponen en evidencia              la práctica musical y la  expresión artística de los hombres de aquel              entonces. 
                                       
El               viento sopla con fuerza sobre las arenas de la ciudad más  antigua de              América. Una fuerza viva que, quizá, los  antiguos pobladores              buscaron reproducir a través de sus  flautas. 
Por la antigüedad que presenta la Ciudad Sagrada de Caral, constituye la sede del primer Estado surgido en América. Su carácter de Ciudad Sagrada, está basado en el
hecho               de que en aquellas épocas las sociedades empezaban a  organizarse              alrededor de la figura de un poder  centralizado, normalmente              vinculado y avalado por un  carácter religioso muy fuerte.
Trujillo
             
Comprende               la visita a La Catedral, templo amplio que alberga  valiosas obras de              arte tales como retablos, pinturas de la  Escuela Cusqueña y              esculturas. El Monasterio El Carmen, que  es uno de los más bellos              conjuntos arquitectónicos de la  ciudad. Consta de un templo y el              monasterio con dos  claustros. Alberga unos 150 lienzos que en su              mayoría son  del siglo XVII y siglo XVIII. La Iglesia San Francisco,               donde son dignos de admiración el altar mayor, sus retablos               policromos, el púlpito del siglo XVIII y la cátedra desde donde San               Francisco Solano predijo el terremoto que destruyó a Trujillo  en              1619, el Palacio Iturregui que es el mejor ejemplar de  la              arquitectura civil neoclásica manteniéndose igual hasta  la              actualidad. Destacan las columnas y enrejado de las  ventanas y las              estatuas de mármol italiano. La Casa del  Mayorazgo de Facalá, la              cual posee una valiosa colección  numismática. Llama la atención su              patio principal de  grandes proporciones y su antiquísimo pozo de              agua  artesiano, así como un balcón de esquina de estilo mudéjar. La               Casa del Mariscal de Orbegoso, que mantiene el carácter de la               tradicional casa virreinal con sus pisos empedrados, puertas y               salones dispuestos en un elevado terraplén y la Casa de la               Emancipación, llamada el "Santuario Cívico de Trujillo”, pues  fue en              ella donde el Marqués de Torre Tagle gestó la  independencia de la              ciudad en 1820.
                         
    Chan  ChanUbicada a 5 km. de Trujillo. Es la más grande ciudad               de barro de América prehispánica. Fue capital del reino del Gran               Chimú y su extensión (20 km2) abarcó desde las proximidades del               Puerto de Huanchaco hasta el Cerro Campana, y se estima que  tuvo más              de 100,000 habitantes. La ciudadela comprende  plazas, viviendas,              depósitos, talleres, laberintos,  murallas, excelentes caminos y              templos piramidales. Sus  enormes muros han sido profusamente              decorados con relieves  de figuras geométricas, estilizaciones              zoomorfas y seres  mitológicos. El complejo arqueológico ha sido              declarado  “Patrimonio Cultural de la Humanidad”. Cuenta con un museo               de sitio.
                         
                 Huanchaco es un importante balneario donde se puede  apreciar la pesca              artesanal, realizada con los famosos  caballitos de totora, los              cuales sirven para desplazarse  sobre las olas.
Huaca del sol ubicada en la Campiña de Moche a 8 km. de Trujillo. Es una pirámide escalonada de más de 20 metros de altura. Según la tradición fue construida en sólo tres días empleando 250,000 hombres y utilizando aproximadamente 70 millones de adobes. Conserva una volumetría impresionante de bella armonía y tiene plataformas escalonadas. Cumplió fines funerarios, ceremoniales y posiblemente administrativos y de vivienda de la élite.
                         
     Huaca de la Luna también en el valle de Moche. Es mucho más               pequeña pero en lo alto de sus paredes de adobe quedan algunos               murales con sus contornos nítidamente definidos, donde aparece el               rostro del Dios AI-APAEK. Es un monumento de templos  superpuestos,              cofre de maravillosas sorpresas. Su altura  llega a los 21 metros. En              este lugar se ha descubierto una  tumba con más de 40 guerreros              sacrificados.
                                      
   El Brujo localizado en el valle de Chicama,              a 34 km. de  Trujillo y a 1.25 horas en auto. Es uno de los              monumentos  arqueológicos de mayor valor en la costa norte del Perú               puesto que cuenta con una prolongada secuencia cultural comprendida               desde el período pre-cerámico (5,000 años de antigüedad).
Balneario  y caleta de pescadores, con un mar tranquilo y poco               profundo, está ubicado a 106 Km. al noroeste de Trujillo. Presenta               un larguísimo muelle construido en el siglo XIX que fue  utilizado              como principal punto de embarque de tabaco.  Pacasmayo luce en la              actualidad una atractiva arquitectura y  nos ofrece deliciosa comida,              como el chinguirito a base de  pescado. La playa que más destaca en              la zona es el  Malecón. En este balneario podemos visitar el faro,              aún en  actividad o practicar el surf o la tabla a vela impulsada por               el viento. También es posible conocer el convento de Guadalupe,               construcción de singular arquitectura decorada con pinturas               coloniales, en la localidad del mismo nombre. 
Tierradentro
IngaPirca
Caral fue construida en el Valle de Supe a 23 Km. del mar, en un paisaje especial, donde contrastan las construcciones y los cerros que las rodean. Las edificaciones ocupan 66 hectáreas, en las que se distinguen dos zonas, una central y otra periférica. La primera muestra estructuras arquitectónicas monumentales, cuatro clases de conjuntos residenciales
diferentes,               unidades residenciales de elite, dos plazas circulares en  desnivel              inferior, así como lugares de congregación pública  masiva. Mientras              que la zona de la periferia tiene  numerosas unidades domésticas              distribuidas a manera de  archipiélago con islas de viviendas.                                                                 
Cuando               uno recorre las instalaciones de esta ciudadela, no puede  dejar de              sorprenderse por su espectacularidad de  arquitectura y que hace más              de 5 mil años existió una  civilización que dominó este extenso              territorio. Sus  edificaciones están compuestas por el Sector              Residencial,  la Pirámide Mayor,                          
el               Templo de la Banqueta entre otros. Se encontró entre otros  objetos,              bolsas de fibra, cestas, textiles de algodón,  semillas y un conjunto              de 32 flautas de huesos de Cóndor y  pelicano que ponen en evidencia              la práctica musical y la  expresión artística de los hombres de aquel              entonces. 
El               viento sopla con fuerza sobre las arenas de la ciudad más  antigua de              América. Una fuerza viva que, quizá, los  antiguos pobladores              buscaron reproducir a través de sus  flautas. Por la antigüedad que presenta la Ciudad Sagrada de Caral, constituye la sede del primer Estado surgido en América. Su carácter de Ciudad Sagrada, está basado en el
hecho               de que en aquellas épocas las sociedades empezaban a  organizarse              alrededor de la figura de un poder  centralizado, normalmente              vinculado y avalado por un  carácter religioso muy fuerte.Trujillo
Comprende               la visita a La Catedral, templo amplio que alberga  valiosas obras de              arte tales como retablos, pinturas de la  Escuela Cusqueña y              esculturas. El Monasterio El Carmen, que  es uno de los más bellos              conjuntos arquitectónicos de la  ciudad. Consta de un templo y el              monasterio con dos  claustros. Alberga unos 150 lienzos que en su              mayoría son  del siglo XVII y siglo XVIII. La Iglesia San Francisco,               donde son dignos de admiración el altar mayor, sus retablos               policromos, el púlpito del siglo XVIII y la cátedra desde donde San               Francisco Solano predijo el terremoto que destruyó a Trujillo  en              1619, el Palacio Iturregui que es el mejor ejemplar de  la              arquitectura civil neoclásica manteniéndose igual hasta  la              actualidad. Destacan las columnas y enrejado de las  ventanas y las              estatuas de mármol italiano. La Casa del  Mayorazgo de Facalá, la              cual posee una valiosa colección  numismática. Llama la atención su              patio principal de  grandes proporciones y su antiquísimo pozo de              agua  artesiano, así como un balcón de esquina de estilo mudéjar. La               Casa del Mariscal de Orbegoso, que mantiene el carácter de la               tradicional casa virreinal con sus pisos empedrados, puertas y               salones dispuestos en un elevado terraplén y la Casa de la               Emancipación, llamada el "Santuario Cívico de Trujillo”, pues  fue en              ella donde el Marqués de Torre Tagle gestó la  independencia de la              ciudad en 1820.
    Chan  ChanUbicada a 5 km. de Trujillo. Es la más grande ciudad               de barro de América prehispánica. Fue capital del reino del Gran               Chimú y su extensión (20 km2) abarcó desde las proximidades del               Puerto de Huanchaco hasta el Cerro Campana, y se estima que  tuvo más              de 100,000 habitantes. La ciudadela comprende  plazas, viviendas,              depósitos, talleres, laberintos,  murallas, excelentes caminos y              templos piramidales. Sus  enormes muros han sido profusamente              decorados con relieves  de figuras geométricas, estilizaciones              zoomorfas y seres  mitológicos. El complejo arqueológico ha sido              declarado  “Patrimonio Cultural de la Humanidad”. Cuenta con un museo               de sitio.
                 Huanchaco es un importante balneario donde se puede  apreciar la pesca              artesanal, realizada con los famosos  caballitos de totora, los              cuales sirven para desplazarse  sobre las olas.Huaca del sol ubicada en la Campiña de Moche a 8 km. de Trujillo. Es una pirámide escalonada de más de 20 metros de altura. Según la tradición fue construida en sólo tres días empleando 250,000 hombres y utilizando aproximadamente 70 millones de adobes. Conserva una volumetría impresionante de bella armonía y tiene plataformas escalonadas. Cumplió fines funerarios, ceremoniales y posiblemente administrativos y de vivienda de la élite.
     Huaca de la Luna también en el valle de Moche. Es mucho más               pequeña pero en lo alto de sus paredes de adobe quedan algunos               murales con sus contornos nítidamente definidos, donde aparece el               rostro del Dios AI-APAEK. Es un monumento de templos  superpuestos,              cofre de maravillosas sorpresas. Su altura  llega a los 21 metros. En              este lugar se ha descubierto una  tumba con más de 40 guerreros              sacrificados.
   El Brujo localizado en el valle de Chicama,              a 34 km. de  Trujillo y a 1.25 horas en auto. Es uno de los              monumentos  arqueológicos de mayor valor en la costa norte del Perú               puesto que cuenta con una prolongada secuencia cultural comprendida               desde el período pre-cerámico (5,000 años de antigüedad).
Balneario  y caleta de pescadores, con un mar tranquilo y poco               profundo, está ubicado a 106 Km. al noroeste de Trujillo. Presenta               un larguísimo muelle construido en el siglo XIX que fue  utilizado              como principal punto de embarque de tabaco.  Pacasmayo luce en la              actualidad una atractiva arquitectura y  nos ofrece deliciosa comida,              como el chinguirito a base de  pescado. La playa que más destaca en              la zona es el  Malecón. En este balneario podemos visitar el faro,              aún en  actividad o practicar el surf o la tabla a vela impulsada por               el viento. También es posible conocer el convento de Guadalupe,               construcción de singular arquitectura decorada con pinturas               coloniales, en la localidad del mismo nombre. Tierradentro
                                  Solo las montañas                                   de Tierradentro, esos verdes cerros del                                   Aguacate, Segovia y el Duende, solo los altos de                                   San Andrés y su quebrada cantarina recuerdan                                   como fueron los tiempos del ayer, en que                                   acompañados de séquitos pomposos los  restos                                  mortales del señorío indígena,  descansaron                                  finalmente en paz.                                                                                                     Una                                   gruesa capa de “cinerita” ceniza  volcánica                                  compactada, sobre la que  crece la hierba fresca                                  de la montaña,  surcada por los caminos del                                  pastoreo y  de las jornadas campesinas es la                                   cubierta natural de un maravilloso mundo en que                                   la muerte estableció su morada para siempre. Así                                   fue como los ancestrales Paeces,                                   presumiblemente, en honor a sus dioses y a sus                                   muertos, elaboraron complejas tumbas que se                                   repetían bajo la tierra, como las casas de los                                   vivos, en las estructuras tejidas de  sus                                  techumbres, las cuales imitaron con  pinturas                                  romboidales y con profusión  de los colores                                  blanco, rojo y negro y  en los muros y columnas,                                  que se  convierten en los hipogeos (así se llaman                                   estas tumbas) en una delicada talla de la                                   piedra, definiendo espacios y exaltando                                   jerarquías. Visitar                                   el territorio de los Paeces, es desde  luego una                                  oportunidad de entrar en  contacto con el                                  misterioso pasado de un  pueblo que desapareció,                                  probablemente  por la acometida de otro mas                                  fuerte, o  que evolucionó guardando en su memoria                                   el culto a la muerte, culto para el que vivieron                                   y con el cual honraron a sus principales; por lo                                   que conocer este hermoso paraje del Departamento                                   del Cauca es también adentrarse en los                                   insondables enigmas de sus gentes, que mil  años                                  atrás construyeron en la roca  viva, las tumbas                                  en las que a través de  enterramientos                                  secundarios-exhumados y  vueltos a enterrar en                                  urnas- habrían  de dar reposo a sus muertos. Tierradentro                                   es un lugar sagrado, un territorio que  guarda en                                  el subsuelo una necrópolis  en la que se descubre                                  la grandeza de un  pueblo escultor, ya que la                                   arquitectura funeraria que desarrollaron sus                                   gentes incorpora elementos tan complejos como                                   las bóvedas de sus techumbres, los quicios                                   trapezoidales de entrada a sus cámaras y las                                   escaleras caracoleantes de enormes y desiguales                                   escalones que sirven de acceso desde la                                   superficie. Pero sorprende aún más la                                   profundidad de sus estructuras que  llegan a ocho                                  metros, la distribución  lobular de sus                                  intercolumnios y la  custodia severa que                                  trasmiten los  rostros tallados en la parte alta                                  de  las columnas. Por si fuera poco hay que                                   preguntarse como se hizo tan complejo trabajo?,                                   con que herramientas?, cómo se trabajo el arte                                   pictórico, cómo iluminaron las estancias para su                                   laboreo?, y desde luego plantean  interesantes                                  incógnitas la inspiración  en culebras y                                  salamandras y en las  dualidades que marcan los                                  planos de lo  celeste y lo terrestre, tal como lo                                   muestra un hipogeo del cerro del Aguacate. Un                                   recorrido desde el minúsculo poblado  de casas                                  dispersas sin orden alguno,  que lleva por nombre                                  San Andrés de  Pisimbalá, regresando por la misma                                   carretera de acceso principal, llevará al                                   visitante a la base de los cerros, los cuales                                   podrá explorar preferiblemente después de                                   visitar los museos arqueológico y etnográfico de                                   la localidad, los cuales serán sin duda una                                   fuente de ilustración bastante interesante  para                                  entender los descubrimientos que  ha de realizar                                  durante su prolongada  caminata, ya que son una                                  aproximación  tanto al pasado como al presente de                                  sus  lugareños y muestran la realidad y forma de                                   vida actuales haciendo referencia a sus                                   costumbres funerarias y rituales así como a su                                   organización social y a las labores del día a                                   día. La                                   visita a las tumbas y el cuidadoso                                   reconocimiento a su entraña, serán una                                   experiencia incomparable y difícil de  olvidar                                  que se verá enriquecida por la  inmensidad del                                  paisaje, el colorido y  fragante curso de sus                                  caminos y el olor  a tierra mojada, misma que                                  abriga por  siempre a sus hijos, a los hijos de                                  la  “Pacha Mama” . También                                   en sus montañas hay testigos silentes  del pasado                                  de los pueblos que habitaron  esta ” tierra de                                  adentro” (según el  decir de los conquistadores                                  españoles)  se trata de las esculturas de                                   representaciones antropomorfas encontradas en el                                   cerro del tablón, que guardan relación con                                   muchas de la expresiones de los pueblos                                   escultores del Macizo Colombiano. Todo este                                   complejo de arquitectura, pintura y escultura                                   esta constituido como un parque arqueológico a                                   cargo del Instituto Colombiano de  Antropología e                                  Historia y tiene  especial valor por haber sido                                  declarado  como patrimonio cultural de la                                   humanidad por la Unesco Para                                   llegar allí la vía más confiable es la  que lleva                                  de Neiva a San Sebastián de  La Plata y desde                                  ésta población a lo  largo del curso del río Páez                                  hasta al  Municipio de Inzá, que junto con el                                   Municipio de Belalcazar (Páez) son las cabeceras                                   municipales del territorio, que se defragmenta                                   en numerosos cabildos indígenas regentados por                                   las autoridades tradicionales y que son prueba                                   de lo inercial del tiempo en nuestras                                   ancestrales civilizaciones andinas.  También allí                                  se pueden visitar  resguardos como los de Santa                                  Rosa,  Tumbichucue o Calderas, que cuentan entre                                   sus atractivos hermosas capillas doctrineras,                                   que además de sus gentes, su lengua y sus                                   tradiciones, serán el complemento perfecto de                                   esta aventura.  Nada                                   mejor que el cálido refugio que  brindan en sus                                  hogares los habitantes,  colonos y y nativos,                                  especialmente en  San Andrés de Pisimbalá, para                                  que el  visitante se sienta acogido y dispuesto a                                   recoger desde la memoria siempre viva de estas                                   tierras, una parte de su propio pasado. El                                   recorrido con dirección suroeste está marcado                                   desde Bogotá por más de cuatrocientos cincuenta                                   kilómetros de geografía andina a lo largo  de los                                  departamento de Cundinamarca,  Tolima y Huila,                                  para llegar finalmente  al destino Tierradenrtro                                  en el  Departamento del Cauca. | 
IngaPirca
             ![]() Castillo de Ingapirca Ubicado en lo alto de una colina es una de las más importantes muestras de la arquitectura Inca. Esta construcción data de la época de Huayna Cápac. Comprende una elipse, aposentos, patios, bodegas y baños. Se cree que Ingapirca no fue solo una fortaleza, sino también un centro administrativo y religioso porque allí se realizaban las ceremonias para adorar al sol.  AdoratorioEs el centro del complejo arqueológico y sus paredes tienen una elevación máxima de menos de cuatro metros, y su estructura es sumamente sólida y su forma es elíptica. Tanto la puerta como las hornacinas ubicadas en las paredes, tienen forma trapezoidal, y los bloques de piedras talladas están yuxtapuestas sin necesidad de ningún tipo de amalgama.  AposentosUbicados a un lado del adoratorio, probablemente estaban acondicionados para los sacerdotes y sus ritos, porque uno de los muros posee una gran cantidad de hornacinas.  Museo               ArqueológicoJunto a la zona arqueológica, el Museo exhibe una maqueta explicativa de Ingapirca y una importante muestra de diversos objetos hallados durantes las excavaciones que demuestran la presencia de las culturas Cañari e Inca. Se puede apreciar muestras de textilería, cerámicas y joyas.  | |









Chambers
Una                                   gruesa capa de “cinerita” ceniza  volcánica                                  compactada, sobre la que  crece la hierba fresca                                  de la montaña,  surcada por los caminos del                                  pastoreo y  de las jornadas campesinas es la                                   cubierta natural de un maravilloso mundo en que                                   la muerte estableció su morada para siempre. Así                                   fue como los ancestrales Paeces,                                   presumiblemente, en honor a sus dioses y a sus                                   muertos, elaboraron complejas tumbas que se                                   repetían bajo la tierra, como las casas de los                                   vivos, en las estructuras tejidas de  sus                                  techumbres, las cuales imitaron con  pinturas                                  romboidales y con profusión  de los colores                                  blanco, rojo y negro y  en los muros y columnas,                                  que se  convierten en los hipogeos (así se llaman                                   estas tumbas) en una delicada talla de la                                   piedra, definiendo espacios y exaltando                                   jerarquías.
Visitar                                   el territorio de los Paeces, es desde  luego una                                  oportunidad de entrar en  contacto con el                                  misterioso pasado de un  pueblo que desapareció,                                  probablemente  por la acometida de otro mas                                  fuerte, o  que evolucionó guardando en su memoria                                   el culto a la muerte, culto para el que vivieron                                   y con el cual honraron a sus principales; por lo                                   que conocer este hermoso paraje del Departamento                                   del Cauca es también adentrarse en los                                   insondables enigmas de sus gentes, que mil  años                                  atrás construyeron en la roca  viva, las tumbas                                  en las que a través de  enterramientos                                  secundarios-exhumados y  vueltos a enterrar en                                  urnas- habrían  de dar reposo a sus muertos.
Tierradentro                                   es un lugar sagrado, un territorio que  guarda en                                  el subsuelo una necrópolis  en la que se descubre                                  la grandeza de un  pueblo escultor, ya que la                                   arquitectura funeraria que desarrollaron sus                                   gentes incorpora elementos tan complejos como                                   las bóvedas de sus techumbres, los quicios                                   trapezoidales de entrada a sus cámaras y las                                   escaleras caracoleantes de enormes y desiguales                                   escalones que sirven de acceso desde la                                   superficie. Pero sorprende aún más la                                   profundidad de sus estructuras que  llegan a ocho                                  metros, la distribución  lobular de sus                                  intercolumnios y la  custodia severa que                                  trasmiten los  rostros tallados en la parte alta                                  de  las columnas. Por si fuera poco hay que                                   preguntarse como se hizo tan complejo trabajo?,                                   con que herramientas?, cómo se trabajo el arte                                   pictórico, cómo iluminaron las estancias para su                                   laboreo?, y desde luego plantean  interesantes                                  incógnitas la inspiración  en culebras y                                  salamandras y en las  dualidades que marcan los                                  planos de lo  celeste y lo terrestre, tal como lo                                   muestra un hipogeo del cerro del Aguacate.
Un                                   recorrido desde el minúsculo poblado  de casas                                  dispersas sin orden alguno,  que lleva por nombre                                  San Andrés de  Pisimbalá, regresando por la misma                                   carretera de acceso principal, llevará al                                   visitante a la base de los cerros, los cuales                                   podrá explorar preferiblemente después de                                   visitar los museos arqueológico y etnográfico de                                   la localidad, los cuales serán sin duda una                                   fuente de ilustración bastante interesante  para                                  entender los descubrimientos que  ha de realizar                                  durante su prolongada  caminata, ya que son una                                  aproximación  tanto al pasado como al presente de                                  sus  lugareños y muestran la realidad y forma de                                   vida actuales haciendo referencia a sus                                   costumbres funerarias y rituales así como a su                                   organización social y a las labores del día a                                   día.
La                                   visita a las tumbas y el cuidadoso                                   reconocimiento a su entraña, serán una                                   experiencia incomparable y difícil de  olvidar                                  que se verá enriquecida por la  inmensidad del                                  paisaje, el colorido y  fragante curso de sus                                  caminos y el olor  a tierra mojada, misma que                                  abriga por  siempre a sus hijos, a los hijos de                                  la  “Pacha Mama” .
También                                   en sus montañas hay testigos silentes  del pasado                                  de los pueblos que habitaron  esta ” tierra de                                  adentro” (según el  decir de los conquistadores                                  españoles)  se trata de las esculturas de                                   representaciones antropomorfas encontradas en el                                   cerro del tablón, que guardan relación con                                   muchas de la expresiones de los pueblos                                   escultores del Macizo Colombiano. Todo este                                   complejo de arquitectura, pintura y escultura                                   esta constituido como un parque arqueológico a                                   cargo del Instituto Colombiano de  Antropología e                                  Historia y tiene  especial valor por haber sido                                  declarado  como patrimonio cultural de la                                   humanidad por la Unesco
Para                                   llegar allí la vía más confiable es la  que lleva                                  de Neiva a San Sebastián de  La Plata y desde                                  ésta población a lo  largo del curso del río Páez                                  hasta al  Municipio de Inzá, que junto con el                                   Municipio de Belalcazar (Páez) son las cabeceras                                   municipales del territorio, que se defragmenta                                   en numerosos cabildos indígenas regentados por                                   las autoridades tradicionales y que son prueba                                   de lo inercial del tiempo en nuestras                                   ancestrales civilizaciones andinas.  También allí                                  se pueden visitar  resguardos como los de Santa                                  Rosa,  Tumbichucue o Calderas, que cuentan entre                                   sus atractivos hermosas capillas doctrineras,                                   que además de sus gentes, su lengua y sus                                   tradiciones, serán el complemento perfecto de                                   esta aventura. 
Nada                                   mejor que el cálido refugio que  brindan en sus                                  hogares los habitantes,  colonos y y nativos,                                  especialmente en  San Andrés de Pisimbalá, para                                  que el  visitante se sienta acogido y dispuesto a                                   recoger desde la memoria siempre viva de estas                                   tierras, una parte de su propio pasado. El                                   recorrido con dirección suroeste está marcado                                   desde Bogotá por más de cuatrocientos cincuenta                                   kilómetros de geografía andina a lo largo  de los                                  departamento de Cundinamarca,  Tolima y Huila,                                  para llegar finalmente  al destino Tierradenrtro                                  en el  Departamento del Cauca.

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